THE CATACOMBS OF POTOSÍ / LAS CATACUMBAS DE POTOSÍ

30 Apr, 2021 | Catriona Fraser

Culture

Photos: Catriona Fraser and Nick Ferris

ENGLISH VERSION

A look at the past to serve the future


It is the 1990s, and the roof of San Agustín church groans a final breath of life before surrendering to the mould of time and collapsing into the floor beneath. Dust dances in the speckled light of the hall, before slowly settling to reveal something that has been lying in a secret silence under this old church for more than 300 years. It is something that susurrates with a promise of skeletons, of legends, of skulls: catacombs – something that, ironically, promises revival. 


When asked about Potosí’s past, many see an image of utopia. Like the town itself, the public perception of Potosí is caught in the shadow of Cerro Rico, the mountain that raised Potosí on a bed of silver and made it one of the largest and richest cities in the world by the end of the 16th century. However, when one delves into the darker corners of the colonial era, it is unclear whether Potosí’s past can truly be given the title of utopia. It is not only the evanescent nature of the silver boom that hints at the negative-utopia of Potosí’s history, but also the murmurs of death, of murder and of slavery, which mutter beneath the glittering history of this once opulent city. The colonised era of Potosí is scarred by the horrendous working conditions of the mines. It is estimated that between 1545 and 1825, around 8 million lives were lost at the hand of colonial greed, mainly the lives of African slaves and indigenous labourers.


Yet it is difficult for the external viewer not to see Potosí as an anachronistic echo, and avoid being impressed by the shining, albeit ephemeral, glory of its history. By turning our gaze to the past, however, we risk losing sight of a present expanding city. With the discovery and planned recuperation of catacombs beneath Potosí’s streets, a new utopia has begun to rear its head.


Architect Daniel Sandoval, who is the Director of Patrimonio Honorable Gobierno Autónomo Municipal de Potosí and leader of the catacomb restoration project, tells me the project began at the start of last year. At present, it is in the process of recuperating the network of catacombs that runs underneath the city, with the aim of opening it to the public. The enterprise is part of a wider scheme that involves the convalescence of five World Heritage Sites around Potosí. The goal is to make these sites accessible to the public, with the creation of cycle lanes, souvenir shops, a transport system and safety measures to suit. Potosí is a town of dreams and aspirations and the catacombs are no exception. By excavating and recuperating these networks of mystery, it is hoped that tourism will bring money back to this area by showing a different side of Potosí.


Like the rest of the city, the San Agustín church vibrates with a promise of legends and history, of tales and mystery. Most of the bones found underneath the church floor were of indigenous descent – men, women and children – and were marked by a single hole pierced through the skull. While work is still being carried out to understand exactly who these people were and how they died, one hypothesis is that they were sentenced to death, or perhaps underwent the procedure of trephining, a process in which a hole is drilled into the skull to remove evil spirits from the body. Now the skulls look straight back at you, the hollow sockets of the eyes daring you, provoking you, asking you to find out more. As Sandoval stated when I talked to him on my visit, ‘the idea is to preserve the catacombs and show them the way we found them.’


The catacombs are not restricted to San Agustín, but they extend beneath the feet of the present city. One of the most ambitious parts of the project, is the recuperation of catacombs that run below the Cathedral and stretch to a school in the centre of Potosí. The resurrection of the San Agustín catacombs alone will cost around two million dollars, since the walls need to be reinforced and glass paneling needs to be put in place. As Sandoval explains, the project awaits funding before it can open to the public. ‘We presented it to different entities: The Ministry of Culture, the European Union, the Spanish Cooperation (ESIP), but we still haven’t heard a reply,’ he says.


Thus, while the past utopia of Potosí echoes through its history books, and the present reveals itself from beneath the city floor, it is from the outside that the future of this project can hope to continue. There is a certain irony in that the city that once benefited foreign colonisers with its silver, now needs external funding to progress. For now, the next rise of Potosí remains an aspiration; yet it is an aspiration that is becoming increasingly real for the people of the town, as legends and tales solidify into reality. The catacomb project poses a possibility for Potosí to look at its past while serving its future. It presents an opportunity for the city to move forward from the darkness of its colonised era and convey its own pride in the unique culture of this growing, idiosyncratic city.

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VERSIÓN EN ESPAÑOL

Una mirada al pasado para servir al futuro


Es la década de 1990, en la iglesia de San Agustín, el techo gime un último suspiro de vida antes de rendirse al destino del tiempo y colapsar al piso de abajo. El polvo baila en la luz manchada de la sala, antes de asentarse lentamente para revelar algo que ha estado escondido en un silencio secreto debajo de esta antigua iglesia por más de 300 años. Es algo que susurra una promesa de esqueletos, de leyendas, de calaveras: catacumbas, algo que, irónicamente, promete resurgimiento.


Cuando se pregunta sobre el pasado de Potosí, muchos piensan en una imagen ideal. Al igual que en el pueblo, la percepción generalizada de Potosí está atrapada en la sombra del Cerro Rico, la montaña que levantó Potosí sobre un lecho de plata y la convirtió en una de las ciudades más grandes y ricas del mundo a fines del siglo XVI. Sin embargo, cuando uno se adentra en los rincones más oscuros de la época colonial, no está claro si el pasado de Potosí realmente puede tornarse en un ideal. No es solo la naturaleza evanescente del auge de la plata lo que asola la imagen ideal de la historia de Potosí, sino también los murmullos de muerte, de asesinato y de esclavitud, que murmuran bajo la reluciente historia de lo que una vez fue una opulenta ciudad. La época colonizada de Potosí está marcada por las horrendas condiciones de trabajo de las minas. Se estima que entre 1545 y 1825, alrededor de 8 millones de vidas se perdieron a manos de la codicia colonial, principalmente las vidas de esclavos africanos y trabajadores indígenas.


Sin embargo, es difícil para el espectador externo no ver a Potosí como un eco anacrónico y evitar quedar impresionado por la gloria brillante, aunque efímera, de su historia. Sin embargo, si volvemos la mirada hacia el pasado, corremos el riesgo de perder de vista a una ciudad en crecimiento. Con el descubrimiento y la recuperación planificada de catacumbas bajo las calles de Potosí, una nueva utopía ha comenzado a asomar su cabeza.


El arquitecto Daniel Sandoval, quien es el Director de Patrimonio Honorable Gobierno Autónomo Municipal de Potosí y líder del proyecto de restauración de catacumbas, señala que el proyecto comenzó a principios del año pasado. En la actualidad, se encuentra en proceso de recuperación de la red de catacumbas que corre por debajo de la ciudad, con el objetivo de abrirla al público. El proyecto es parte de un esquema más amplio que involucra la recuperación de cinco sitios con carácter de Patrimonio Mundial alrededor de Potosí. El objetivo es hacer accesibles al público estos sitios, con la creación de ciclovías, tiendas de souvenirs, un sistema de transporte y medidas de seguridad ciudadana. Potosí es un pueblo de sueños y aspiraciones y las catacumbas no son una excepción. Al excavar y recuperar estas redes de misterio, se espera que el turismo devuelva dinero a esta zona al mostrar un lado diferente de Potosí.


Como el resto de la ciudad, la iglesia de San Agustín vibra con una promesa de leyendas e historia, de cuentos y misterio. La mayoría de los huesos encontrados debajo del piso de la iglesia eran de origen indígena, hombres, mujeres y niños, y resaltaban por tener un solo agujero perforado en el cráneo. Si bien aún se está trabajando para comprender exactamente quiénes eran estas personas y cómo murieron, una hipótesis es que fueron condenadas a muerte, o tal vez se sometieron al procedimiento de trepanación, un proceso en el que se perfora un agujero en el cráneo para extirpar espíritus malignos del cuerpo. Ahora las calaveras te miran directamente, las cavidades huecas de los ojos te desafían, te provocan, te piden que indagues más. Como dijo Sandoval cuando hablé con él durante mi visita, "la idea es preservar las catacumbas y mostrarles la forma en que las encontramos".


Las catacumbas no se limitan a la iglesia San Agustín, estas se extienden bajo los pies de la actual ciudad. Una de las partes más ambiciosas del proyecto es la recuperación de las catacumbas que corren debajo de la Catedral y se extienden hasta una escuela en el centro de Potosí. Sólo la resurrección de las catacumbas de San Agustín costará alrededor de dos millones de dólares, ya que es necesario reforzar las paredes y colocar paneles de vidrio. Como explica Sandoval, el proyecto espera financiamiento antes de que pueda abrirse al público. Señala, “Lo presentamos a distintas entidades: Ministerio de Cultura, Unión Europea, Cooperación Española (ESIP), pero todavía no hemos recibido respuesta”.


Así, mientras la imagen ideal pasada de Potosí resuena a través de sus libros de historia, y el presente se revela bajo el suelo de la ciudad, es desde el exterior que el futuro de este proyecto puede prosperar. Es una cierta ironía que la ciudad que una vez benefició a los colonizadores extranjeros con su plata, ahora necesita financiamiento externo para progresar. Por ahora, el próximo florecimiento de Potosí sigue siendo una aspiración; sin embargo, es una aspiración que se está volviendo cada vez más real para la población, a medida que las leyendas y los cuentos se cristalizan en la realidad. El proyecto de la catacumba plantea la posibilidad de que Potosí mire su pasado y sirva a su futuro. Presenta una oportunidad para que la ciudad avance desde la penumbra de su era colonizada y transmita un orgullo hacia una ciudad con una cultura grandiosa fruto de su particularidad.

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