Mentisan
30 Aug, 2020 | Alfonso Gorostiaga
ENGLISH VERSION
I had been living in Holland for the last four years. Doctors there do not usually prescribe medication for a common cold or any other illnesses that are not considered to be overly threatening. They fear that the medication could lead to mutations or create complications. This attitude is completely different to how we view illness in Bolivia. Here, you will find a pharmacy on every street corner of the city and paracetamol is sold like hot bread on a Monday morning. You can imagine how anxious I felt when I came down with an awful cold in Holland and the doctor simply told me to ‘have a tea and rest’.
I was about to write my will when I remembered that my mother must have packed our nation’s secret weapon against illness in my suitcase: MENTISAN.
Mentisan is almost as old as my grandfather. For 82 years the ointment has helped the Bolivian pharmaceutical industry grow and has healed a generation, or possibly even two. It was first produced by a German immigrant named Ernesto Schilling in 1938. It is a combination of the Spanish words for ‘mint’ (menta) and ‘to heal’ (sanar). However, as disappointing as this might sound, it is important to state that we should not rely on Mentisan as the cure for all illnesses. The small print on all of the differently-sized pots for the balm reads that it can alleviate symptoms of common colds, minor muscular injuries, flared skin, headaches, and more.
But what is Mentisan made of? Why do Bolivians like this product so much? Looking at the formula, the Mentisan balm is created using petroleum jelly, eucalyptus and pine essential oils and menthol. To us, it is more than a pharmaceutical remedy, it is a staple product for our homes. No Bolivian home is complete without a Mentisol pot in the medicine cabinet, inside a toiletry bag and on the bed-side table. And it has been this way for a long time. During the nation’s financial crisis in the 1980s, when Bolivia reached hyperinflation at 8171%, it is said that people ended up trading Mentisan as a currency. That’s right, Mentisan supported our economic system which proves just how deeply-rooted the ointment is in Bolivian culture. It is for this reason, perhaps, that no other product has been able to replace it. Ronald Gutiérrez, a specialist in the marketing department of Inti Pharmacy - the sole manufacturer of the product - tells us that 'the reason Mentisan is so successful in the Bolivian Market is because Bolivians are already very committed to the product'. We are loyal to Mentisan because it has always been there for us.
Following my return to Bolivia and feeling the deep gratitude of having recovered, I wanted to know what had become of our beloved ointment; especially given the circumstances and the season. With this in mind, I spoke to Ronald again to ask him about Mentisan’s role during the pandemic and whether it had had an impact on the industry.
‘We had exciting plans coming up for the brand’ Ronald tells us, ‘but due to lockdown and the pandemic, these plans have taken a U-turn and now we’re considering Corporate Social Responsibility above commercial strategies.’ Mentisan not only generates employment, with the almost 6 million products it manufactures per year, but it is also so popular that it is exported to countries such as Peru, Denmark, Germany, the United States and even Macau.
Mentisan has always been able to rely on informal recommendations, ’word of mouth’ advertising and social media to avoid financial burdens during times of crisis. ‘We even saw posts on social media reading “Mentisan cures Coronavirus”, even though we had never claimed that’ laughs Ronald. During the pandemic many satirical posts and memes have been uploaded onto the internet which all use Mentisan as a symbol for the health and protection of Bolivian citizens. We love Mentisan, and it would seem that it loves us back. Ronald ends our conversation on a hopeful note by saying that ‘the consumption of our product has increased on a national level, and so has our capacity to produce more yield. We could never leave Bolivians without their beloved balm.’
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VERSIÓN EN ESPAÑOL
Estuve viviendo en Holanda por los últimos 4 años, es un hermoso país. En dicho país los doctores no acostumbran a recetar ningún medicamento contra el resfrío común ni para ninguna otra enfermedad considerada ‘leve’ por miedo a que está, por la medicina, mute y se fortalezca. Algo muy diferente a Bolivia donde las farmacias abundan y el paracetamol se vende cual pan casero en lunes por la mañana. Se imaginaran mi angustia, entonces, cuando después de contraer mi primer gran resfrío y acudir al doctor, lo único que me recetaran fuera una oración: ‘toma té y reposa’.
Estuve al borde de firmar mi testamento. Gracias a Dios a mi mamá no se le podría haber olvidado empacar el arma secreta de todos los bolivianos: MENTISAN.
Mentisan es casi tan viejo como mi abuelo, con 82 años cumplidos el ungüento ha visto a la industria farmacéutica boliviana crecer y ha aliviado a más de una generación. Fue inventado por un inmigrante alemán de nombre Ernesto Schilling en el año 1938. Compuesto por la combinación de dos palabras ‘menta’ (mint) y ‘sanar’ (to heal). Tampoco hemos de confundir y poner a Mentisan como la cura de todos los males del mundo pero a poco bien podría serlo. Si uno lee la descripción de cualquiera de sus varios envases - que viene en todos los tamaños - se ven escritas una impresionante cantidad de usos; remedio para los resfriados, heridas leves, irritación de la piel, dolores de cabeza, entre otras cosas.
Pero, ¿Qué hace a Mentisan, ser Mentisan?, ¿Por qué nos gusta tanto? Si hablamos de la fórmula, Mentisan está compuesto de vaselina, aceites esenciales de eucalipto y pino, y por último mentol. Sin embargo, Mentisan va más allá de su fórmula, es casi un miembro más de la familia con un hogar fijo en el botiquín, el neceser o la mesa de noche. Y es que siempre ha estado ahí. Es más, Mentisan es tan fundamental y está tan arraigado a la cultura boliviana que con la crisis financiera de los años 80, cuando Bolivia llegó a alcanzar una hiperinflación del 8171%, se cuenta que la gente terminaba comerciando con Mentisan a falta de una moneda estable. Sí, Mentisan llegó a suplir nuestro sistema económico. Es quizás por esta razón que ningún otro producto ha sido capaz de reemplazarlo, como nos dice Ronald Gutiérrez, especialista del departamento de marketing de Droguería Inti S.A., el único fabricante del producto, ‘la razón por la que Mentisan es tan exitoso en el Mercado Boliviano se debe a que los bolivianos se encuentran muy comprometidos con Mentisan’. Y con justa razón, Mentisan siempre está ahí para nosotros.
Con mi regreso a Bolivia y la viva gratitud de tener mis bronquios destapados quise saber en qué se encontraba nuestro querido ungüento; en especial ahora que entra el invierno en temporadas de pandemia. Con ese propósito me dirigí nuevamente a nuestro especialista, Ronald, para preguntarle en qué escenario es que Mentisan se ha visto envuelto con la llegada del Covid y qué repercusiones ha tenido la pandemia en la industria.
‘Para la marca teníamos planificado acciones publicitarias y proyectos interesantes’ nos comenta Ronald, ‘que por la cuarentena y a la pandemia dieron un giro de 180 grados, apuntado más a un lado de RSE (Responsabilidad Social Corporativa) más que comercial.’ Y es que Mentisan no solo genera empleo, con los casi 6 millones de envases que produce al año, sino que también resulta tan popular que llega a exportarse a países como Perú, Dinamarca, Alemania, Estados Unidos y hasta Macau.
Lo más interesante es que, en estos tiempos de crisis, Mentisan ha podido superarse aprovechando toda la publicidad ‘indirecta’ o de “boca a boca” que siempre ha recibido, y con valor exponencial a través de las redes sociales en la actualidad; ‘incluso salieron notas en los medios de que ‘’curamos o combatimos el coronavirus’’, siendo el producto no indicado para tal fin’ nos dice en tono humoroso Ronald. Y es verdad, si uno busca en internet, durante la pandemia se publicaron varios memes y sátiras que sitúan a Mentisan como el símbolo de la salud y protección de los bolivianos. Así de tanto queremos a nuestro Mentisan y él demuestra querernos de vuelta como Ronald concluye diciendo ‘el consumo a nivel Bolivia se incrementó y también nuestra capacidad de producción, ya que no podemos dejar a Bolivia sin su amado Mentisan’.