KNOWLEDGE (S) / CONOCIMIENTO (S)

30 Sep, 2021 | Caroline Risacher

Social issues

Photo: William Wroblewski


ENGLISH VERSION 


This is the story of a girl—let’s call her Lizeth and let’s imagine she’s 10. Lizeth grows up in a small town at the edge of the Bolivian altiplano, and she goes to public school. Every week starts the same way, with the raising of the Bolivian flag and the singing of the national anthem. Lizeth’s favourite classes are Science, Aymara, and Physical Education However, school days don’t last very long: only four to five hours. To fill her free time, she learns how to play rugby from a gringo who recently arrived to teach this unheard-of sport. (She and her friends greatly enjoyed playing against a boys’ team from La Paz and beating them with ease). The other day, her professor of Valores mentioned that an organisation involved in something called ‘integral education’ will come to the town and teach its spiritual programme in the afternoons.

This imaginary but very possible town is closer to reality than you might expect, with Lizeth’s story demonstrating very real changes to Bolivian schools.

Education throughout Bolivia is indeed developing, and has made major, if slow, strides since Law 1565 of 1994, introducing the idea of ‘intercultural bilingual education’ to the country. This has since been consolidated by Law 070 Avelino Siñani-Elizardo Pérez (ASEP) in 2010 which is based around four main areas: decolonisation, plurilingualism, intra and interculturalism, and productive and communitarian education.

Inspired by the latest law and the defining concept of Vivir Bien (Suma Qamaña), the municipality of La Paz has started a programme of emotional intelligence to teach kids how to understand and manage their emotions. In order to advance a ‘secular, pluralist, and spiritual’ education, classes focusing exclusively on Catholicism have expanded their content to values, spirituality, and religions. The new law aims to redefine education to shape a new generation and a new decolonised identity, reinforcing what it means to be Bolivian.

Bolivia does not lack spaces where people share and transmit their knowledge in unexpected ways, from a climbing school in the mining town of Llallagua to talks on the presence of LGBT+ literature in Bolivia; learning is not limited to the classroom.

The long-term effects of ASEP on Bolivian identity and future generations are yet to be seen. Unfortunately, it appears that Bolivia is still divided. There is a very clear disparity between rural and urban areas, rich and poor, boys and girls. Implementation of the law is slow at best. However, this glimpse of the state of education in Bolivia does shine a light on positive developments. ASEP promotes a vision of inclusivity, plurality, and interculturality, combined with an integral idea of education that can only bode well for the future of Bolivian students—young, old and self-taught.

 

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VERSIÓN EN ESPAÑOL


Esta es la historia de una niña, llamémosla Lizeth e imaginemos que tiene 10 años. Lizeth crece en un pequeño pueblo al borde del altiplano boliviano y asiste a la escuela pública. Cada semana comienza de la misma manera, con el izamiento de la bandera boliviana y el canto del himno nacional. Las clases favoritas de Lizeth son Ciencias Naturales, Aymara y Educación Física. Sin embargo, las jornadas escolares no duran mucho: solo de cuatro a cinco horas. Para llenar su tiempo libre, aprende a jugar al rugby de la mano de un gringo que llegó recientemente para enseñar este deporte. (Ella y sus amigos disfrutaron mucho jugando contra un equipo masculino de La Paz y venciéndolos (con facilidad). El otro día, su profesora de Valores mencionó que una organización involucrada en algo que se llama "educación integral" vendrá al pueblo y enseñará su programa espiritual por las tardes.

Esta ciudad imaginaria, pero muy posible, está más cerca de la realidad de lo que cabría esperar, y la historia de Lizeth demuestra cambios muy reales en las escuelas bolivianas.

De hecho, la educación en Bolivia se está desarrollando y ha logrado avances importantes, aunque lentos, desde la Ley Nro. 1565 del año 1994, la cual introdujo la idea de "educación bilingüe intercultural" en el país. Esto se ha consolidado mediante la Ley Nro. 070 Avelino Siñani-Elizardo Pérez (ASEP) de 2010 que se articula en torno a cuatro ejes principales: descolonización, plurilingüismo, intra e interculturalidad y educación productiva y comunitaria.

Inspirado por la última ley y el concepto definitorio de Vivir Bien (Suma Qamaña), el municipio de La Paz ha puesto en marcha un programa de inteligencia emocional para enseñar a los niños a comprender y gestionar sus emociones. Con el fin de promover una educación "secular, pluralista y espiritual", las clases que se centraban, exclusivamente en el catolicismo, han ampliado su contenido a valores, espiritualidad y religiones diversas. La nueva ley apunta a redefinir la educación para dar forma a una nueva generación y una nueva identidad descolonizada, reforzando lo que significa ser boliviano.

Bolivia no carece de espacios donde las personas compartan y transmitan sus conocimientos de formas poco ortodoxas, desde una escuela de escalada en el pueblo minero de Llallagua hasta charlas sobre la presencia de la literatura LGBT + en Bolivia; el aprendizaje no se limita al aula.

Los efectos a largo plazo de la ASEP sobre la identidad boliviana y las generaciones futuras aún están por verse. Desafortunadamente, parece que Bolivia todavía está dividida. Existe una disparidad muy clara entre las zonas rurales y urbanas, ricos y pobres, niños y niñas. La implementación de la ley es muy lenta. Sin embargo, este vistazo al estado de la educación en Bolivia arroja luz sobre desarrollos positivos. ASEP promueve una visión de inclusión, pluralidad e interculturalidad, combinada con una idea integral de la educación que solo puede ser un buen augurio para el futuro de los estudiantes bolivianos: jóvenes, mayores y autodidactas.

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