Chronicles of an English teacher in Bolivia / Relato de una profesora de inglés en Bolivia
30 Sep, 2020 | Nair Yumi Ode Hiramatsu
ENGLISH VERSION
I started teaching English when I was 21 years old. I had just finished university and still had no clear career goals. I received a call from a prestigious school in the city of La Paz, asking if I was an English teacher. From this moment on, having recently graduated from the Linguistics and Languages course at UMSA, I began a wonderful journey into teaching.
Personally, I have worked with students of all ages (children, adolescents and adults) and each group is different. They all have different characteristics, so it can’t be said with certainty what the best age to learn a language is. What I can say is that a lot depends on the teacher. If one manages to connect with one’s students, positive results can be seen, as well as giving them the motivation to learn outside the classroom.
Many people hold the opinion that teaching a language is no different to teaching any other school subject, or it’s believed that anyone who speaks the language automatically becomes a good language teacher. Being able to teach another language requires not only knowledge, but also methodology, taking into account that each student has their own learning pace, especially when it comes to a foreign language. For this reason, classes must be well-structured and must encourage the participation of students, who are agents of their own learning.
It is important to mention the difficulties that a language teacher goes through when educating online, especially when they don’t have the appropriate knowledge in terms of technical and digital tools; this is particularly challenging when we consider that the most important principle for students is interaction, expressing themselves in another language. We must emphasise that the teacher is only a facilitator in the classroom, not the protagonist.
Unfortunately, the closure of schools from one day to the next exposed the reality that teachers were not prepared to give online lessons. Despite this, precautions for this case were taken, because a week after schools closed, we had already gone through some virtual platforms and done some video conferencing.
Many options were explored, but after a while, the school purchased licenses for a platform that would guarantee access to classes in a secure way. At the same time, teachers were trained in the practicalities of this platform, but to be able to use it, we had to learn about the management of these technological tools and strategies to implement it in our lessons on our own. Fortunately, there are resources like games, web pages and blogs, with the possibility of personalising the critical routes of teaching, texts and, above all, group work, which the platform allows.
With 15 years of experience as an English educator and having worked in two schools using the same style of teaching, I can say that the best way to teach a language is to learn another. In this way we can understand the perspectives of the students, which encourages empathy and helps us improve ourselves every day.
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VERSIÓN EN ESPAÑOL
Comencé a dar clases como profesora de inglés a los 21 años, acababa de terminar la universidad y aún no tenía claro un rumbo para mi vida, fue cuando recibí la llamada de un prestigioso colegio de la ciudad de La Paz, preguntando si era profesora de inglés.De esta manera fue que, recién egresada de la carrera de Lingüística e Idiomas de la UMSA, comencé un viaje maravilloso a través de la enseñanza.
Dentro de mi experiencia tuve la posibilidad de haber trabajado con estudiantes de todas las edades, niños, adolescentes y adultos, denotando que cada grupo es distinto, todos tienen características diferentes, por lo que no se puede afirmar con certeza cuál será la mejor edad para aprender un idioma; pero sí puedo afirmar, a título personal, que mucho depende del docente, pues si este logra conectar con sus estudiantes, se pueden observar resultados positivos, además de fomentar la motivación al aprendizaje fuera del aula.
Mucha gente tiene la percepción de que la enseñanza de un idioma es igual al de otra materia, o se cree que cualquier persona que hable el idioma automáticamente se convierte en un buen docente, pero poder enseñar otro idioma requiere no sólo conocimiento, sino metodología, tomando en cuenta que cada estudiante tiene su propio ritmo de aprendizaje, sobre todo cuando se trata de un idioma extranjero. Es por ello que las clases deben estar adecuadamente estructuradas, fomentando la participación de los estudiantes, que en realidad son los actores de su propio aprendizaje.
Bajo este punto, es importante mencionar las dificultades que un docente de idioma atraviesa al dar clases en línea cuando no se tiene un buen conocimiento de las herramientas técnicas adecuadas, pues hay que tomar en cuenta que lo principal es la interacción entre estudiantes y que ellos puedan expresarse en un idioma no nativo para ellos. Destacando que el docente es solo un facilitador en el aula, no el centro de la clase.
Lastimosamente, el hecho de cerrar los centros educativos de un día para el otro debido a las circunstancias de la Pandemia mostró la realidad: que los docentes no estábamos preparados para dar clases en línea. Pese a esto, se tomaron los recaudos del caso, pues a una semana de que se cerrará, de manera temporal, el colegio, ya contábamos con conocimientos sobre algunas plataformas virtuales y otras para videoconferencia.
Se exploraron muchas opciones, pero después de un tiempo, el colegio tomó la decisión de comprar licencias de una plataforma que nos permitiera garantizar el acceso a las clases de una manera segura,y de igual modo, se capacitó a los docentes en el uso de esta plataforma, pero para poder innovar las clases de idiomas, se tuvo que aprender el uso de otras herramientas y estrategias de manera individual y bajo esfuerzos personales. Felizmente, se cuentan con recursos como páginas web de juegos, posibilidad de personalizar las hojas de enseñanza y los textos y sobre todo se resalta el trabajo grupal, que la nueva plataforma permite.
Con 15 años de experiencia como docente de inglés y habiendo trabajado en dos colegios de la misma línea de enseñanza, puedo afirmar que la mejor forma de enseñar un idioma es aprender otro, pues de esta manera se percibe la perspectiva del estudiante, lo cual ayuda a sentir empatía al impartir las clases y a mejorar cada día en nuestra misión de enseñanza.