ART AND IDENTITY / ARTE E IDENTIDAD
08 Jul, 2021 | Michael Protheroe
ENGLISH VERSION
With a series of LGBT+-related events running over the last few weeks in La Paz, I discovered a ‘¿Literatura homosexual en Bolivia?’ panel, and, not knowing much about Bolivian literature, I was intrigued. The idea of a dialogue on whether such literature exists in Bolivia clashed with stereotypical preconceptions I had of the machista culture present in Latin America. The question marks in the title were telling, at least for me, as the questioning of the existence of the literature would seem to imply a questioning of the LGBT+ community in Bolivia, or rather their visibility.
Before the event took place, however, I had an interview with one of the participants, Mónica Velásquez, an award-winning poet and professor of literature at the Universidad Mayor de San Andrés. Velásquez took the conversation from a more literary point of view, claiming that the other people speaking at the event were ‘much more activist.’ We talked about how art and literature can allow someone to avoid reducing their work to their identity, citing one of her favourite poets, Fernando Pesoa, in saying, ‘Poetry invents subjectivities, and because of this you can have many voices.’ An interesting viewpoint, given the event Velásquez was soon to speak at was about a specific identity found in literature. She did, however, tell me, ‘I believe that one of the first functions of the art of these groups we have spoken about is about making them visible; art is a testimonial.’ Velásquez further noted, though, that there was a danger surrounding agendas and ‘pamphlet literature’ or propaganda, that focusing too much on identity could diminish the quality of writing. The literature student in me tended to agree; the would-be activist was not so sure.
I headed to the event itself the next day, where Rosario Aquím, Lourdes Reynaga, Virginia Ayllon and Mónica Velásquez were speaking. The four analysed the presence of LGBT+ authors, characters and narratives in the canon and debated the merits of intermingling activism and literature. The event was quite popular, with people crowding a small room at the Centro Cultural de España, which fittingly appeared to be a kind of library. The evening culminated in a brief interview with the organiser of the event, Edgar Soliz Guzmán, also a poet. When asked why the conversatorio was important to have now, he told me that government legislation hasn’t solved enough of the problems faced by members of the LGBT+ community. ‘There is a sort of invisibility that exists in the canon and society,’ said Soliz Guzmán.
Our conversation ended on the point that identity is in art but does not constitute it, which suggests to me that who you are seeps into what you do, but doesn’t necessarily have to define it. Soliz Guzmán said, ‘Literature isn’t written to justify existence.’ But it seems to me that the mere act of writing and looking for this literature helps to make the community visible and to normalise it. I agree, literature should not have to justify existence, but then nothing should have to justify existence. If art really is testimonial, then existence is implied.
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VERSIÓN EN ESPAÑOL
Con una serie de eventos relacionados con el colectivo LGBT+ que se están celebrando en las últimas semanas en La Paz, descubrí una mesa redonda titulada "¿Literatura homosexual en Bolivia?" y, sin saber mucho sobre la literatura boliviana, me quedé intrigada. La idea de dialogar sobre la existencia de este tipo de literatura en Bolivia chocaba con las ideas estereotipadas que tenía de la cultura machista presente en América Latina. Los signos de interrogación en el título eran reveladores, al menos para mí, ya que el cuestionamiento de la existencia de la literatura parecería implicar un cuestionamiento de la comunidad LGBT+ en Bolivia, o más bien de su visibilidad.
Sin embargo, antes de que se celebrara el acto, tuve una entrevista con una de las participantes, Mónica Velásquez, poeta premiada y profesora de literatura en la Universidad Mayor de San Andrés. Velásquez tomó la conversación desde un punto de vista más literario, afirmando que las otras personas que hablaron en el evento eran "mucho más activistas". Hablamos de cómo el arte y la literatura pueden permitir que alguien no reduzca su trabajo a su identidad, citando a uno de sus poetas favoritos, Fernando Pesoa, al decir: "La poesía inventa subjetividades, y por eso puedes tener muchas voces". Un punto de vista interesante, dado que el evento en el que Velásquez iba a intervenir próximamente versaba sobre una identidad específica que se encuentra en la literatura. Sin embargo, me dijo: "Creo que una de las primeras funciones del arte de estos grupos de los que hemos hablado es hacerlos visibles; el arte es un testimonio". Sin embargo, Velásquez también señaló que existía el peligro de las agendas y de la "literatura panfletaria" o propagandística, y que centrarse demasiado en la identidad podría disminuir la calidad de la escritura. El estudiante de literatura que había en mí estaba de acuerdo; el aspirante a activista no estaba tan seguro.
Al día siguiente me dirigí al evento propiamente dicho, en el que intervenían Rosario Aquím, Lourdes Reynaga, Virginia Ayllon y Mónica Velásquez. Las cuatro analizaron la presencia de autores, personajes y narrativas en el canon LGBT+ y debatieron sobre las ventajas de mezclar el activismo y la literatura. El acto fue bastante concurrido, y la gente abarrotó una pequeña sala del Centro Cultural de España, que parecía una especie de biblioteca. La velada culminó con una breve entrevista al organizador del evento, Edgar Soliz Guzmán, también poeta. Cuando le pregunté por qué era importante celebrar el conversatorio ahora, me dijo que la legislación gubernamental no ha resuelto suficientemente los problemas a los que se enfrentan los miembros de la comunidad LGBT+. Hay una especie de invisibilidad que existe en el conjunto de normas y en la sociedad", dijo Soliz Guzmán.
Nuestra conversación concluyó en el punto de que la identidad está en el arte, pero no lo constituye, lo que me sugiere que, quién eres se filtra en lo que haces, pero no tiene por qué definirlo. Soliz Guzmán dijo: "La literatura no se escribe para justificar la existencia". Pero me parece que el mero hecho de escribir y buscar esta literatura ayuda a visibilizar la comunidad y a normalizarla. Estoy de acuerdo, la literatura no debería tener que justificar la existencia, pero entonces nada debería justificar la existencia. Si el arte es realmente testimonial, entonces la existencia está implícita