‘Apacheta Nº8’
30 Jun, 2021 | Curated by: Marisabel Villagomez
ENGLISH VERSION
by Max Siñani: Making the invisible visible
Connections are rarely established anymore. They are scarce, like those mysteries in which the invisible emerges from other dimensions. They are magical moments or places that barely last a few seconds and that, like portals, are transformed to see the invisible architectures where space is detached from the emotional dimension. A connection is where death becomes life.
An apacheta is both that moment and that place. An elementary project. Stones. Very simple things, combined, that are arranged exposed to reality in their direct environment. In themselves they are an essential shape, a triangle within a circle. In their formal relationships they contain multifunctional elements. Its geometry follows a logical reasoning, easy to build, accommodating to the winds, inert by its own weight. The surrounding space is defined by its structure. Each of the stones alone makes a structural contribution to its construction. Each graffiti sends particular messages. The presences begin to explain the behaviour of its structure, the gravity and inertia of the stone as it is characterised.
They arise in connection with the outside, nature, the path. Exposed to the outside, a play of light is made where the emotional dimension rises. They cease to be a construction and appear as a connection between time and space for recollection, tranquility and ritual. The same structure in an interior, however, establishes a multidimensional connection with the building. An experience in the closed space makes the visibility of the invisible even more effective. Its portability is condensed. The elements that affect it in the exterior, the air, the light and the emotional dimensions of the natures, are isolated in a yellow box. The connecting experience is exact.
The tangent of time, in which the construction process is animated, shows its bioclimatic characteristics. The stones are added in continuity and they begin to acquire values and sensitivities from the moment they arise in relation to the existing construction line. Each step in its construction obeys the connection with light, the combination of shapes, colours and uses the information that was already established in the previous line: a memory of the already pre-existing and trans-historic Apacheta. In its gravity it already contains memory.
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VERSIÓN EN ESPAÑOL
De Max Siñani: Haciendo lo invisible visible
En muy pocas ocasiones se establecen conexiones ya. Escasean, como esos misterios en los que lo invisible emerge de otras dimensiones. Son momentos o lugares mágicos que apenas duran unos segundos y que, como portales, se transforman para ver lo invisible, arquitecturas donde el espacio se desprende de la dimensión emocional. Una conexión es ahí donde la muerte se hace vida.
Una apacheta es a la vez ese momento y ese lugar. Un proyecto elemental. Piedras. Cosas muy simples, combinadas, que se disponen expuestas a la realidad, a su entorno directo. En sí mismas son una forma esencial, un triángulo dentro de un círculo. En sus relaciones formales encierran elementos multifuncionales. Su geometría sigue un razonamiento lógico, fácil de construir, acomodada a los vientos, inerte por su propio peso. El espacio alrededor se define por su estructura. Cada una de las piedras solas hace una contribución estructural en su construcción. Cada una pintada comienza a mandar mensajes particulares. Las presencias comienzan a explicar el comportamiento de su estructura, la gravedad e inercia de la piedra comienza a caracterizarla.
Se plantean en conexión con el afuera, la naturaleza, el camino. Expuestas al exterior se hace un juego de luces donde se levanta la dimensión emocional. Dejan de ser una construcción y se figuran como una conexión entre el tiempo y espacio para recogimiento, sosiego y rito. La misma estructura en un interior, sin embargo, establece una conexión multidimensional con el edificio. Una experiencia en el espacio cerrado hace todavía más eficaz la visibilidad de lo invisible. Se condensa su portabilidad. Los elementos que la afectan en el exterior, el aire, la luz y las dimensiones emocionales de las naturalezas, se aislan en una caja amarilla. La experiencia de la conexión es puntual.
La tangente del tiempo, en la que se logra animar el proceso de la construcción, muestra sus características bioclimáticas. Se añaden las piedras en continuidad y comienzan a adquirir valores y sensibilidades desde que se plantean en relación a la línea de construcción existente. Cada paso en su construcción obedece a la conexión con la luz, la combinación de formas, de colores y usa la información que ya se estableció en la línea anterior: una memoria de la apacheta ya preexistente y transhistórica. En su gravedad ya contiene memoria.